Hay en mi Isla un dolor
que enluta la dignidad,
gemido de libertad
que se implica en el temor.
Ojos destellan clamor
ante el ruego de sus hijos,
se vislumbran los prefijos
de una nación arrasada
y una mano levantada
empuña mil crucifijos.
Gentes con doble moral,
esqueletos que caminan,
lobos fieros que dominan
un sacrificio eternal.
Se avecina el funeral
de un asesino malsano;
hay un machete en la mano,
un fusil por habitante,
un hambre fiel, militante,
en cada rostro cubano.
Hay sangre en cada ventana,
hay un pueblo mutilado,
hay un paredón manchado
con la bandera cubana.
Hay una rabia que emana
por el hueco de una aguja,
hay un vendaval que empuja
el tedio costas afuera,
hay un mar hecho barrera
y una escoba con su bruja.
No hay pan, ni tampoco vino
para limpiar los pecados,
hay odios necios sembrados
a lo largo del camino.
Una Isla y su destino
juegan en medio del mar,
esa Isla que al azar
se va quedando muy sola
al vaivén de cada ola
donde puede zozobrar.
Cuba, dolor y gemido,
Cuba llanto, Cuba guerra,
Cuba con olor a tierra
en cada surco parido.
Su llanto es como un silbido
que delira en lo febril;
se ha detenido el fusil
cuando el horror arremete,
pero se afila el machete
como futuro misil.
que enluta la dignidad,
gemido de libertad
que se implica en el temor.
Ojos destellan clamor
ante el ruego de sus hijos,
se vislumbran los prefijos
de una nación arrasada
y una mano levantada
empuña mil crucifijos.
Gentes con doble moral,
esqueletos que caminan,
lobos fieros que dominan
un sacrificio eternal.
Se avecina el funeral
de un asesino malsano;
hay un machete en la mano,
un fusil por habitante,
un hambre fiel, militante,
en cada rostro cubano.
Hay sangre en cada ventana,
hay un pueblo mutilado,
hay un paredón manchado
con la bandera cubana.
Hay una rabia que emana
por el hueco de una aguja,
hay un vendaval que empuja
el tedio costas afuera,
hay un mar hecho barrera
y una escoba con su bruja.
No hay pan, ni tampoco vino
para limpiar los pecados,
hay odios necios sembrados
a lo largo del camino.
Una Isla y su destino
juegan en medio del mar,
esa Isla que al azar
se va quedando muy sola
al vaivén de cada ola
donde puede zozobrar.
Cuba, dolor y gemido,
Cuba llanto, Cuba guerra,
Cuba con olor a tierra
en cada surco parido.
Su llanto es como un silbido
que delira en lo febril;
se ha detenido el fusil
cuando el horror arremete,
pero se afila el machete
como futuro misil.