jueves, 3 de enero de 2008

De autor desconocido pero muy bueno

El peso cubano
Yo soy el peso cubano
y aunque aun me llame así
hoy queda de lo que fui
tan solo un recuerdo vano.
Yo era orgullo del cubano
que iba conmigo a un hotel
a un restaurante, a un burdel;
compraba carros, mansiones,
y hasta el pasaje de aviones …
yo jugaba mi papel.
Yo tuve el mismo valor
que el dolar americano,
siempre a mano de la mano
del pueblo trabajador.
Hoy me duele el deshonor
que se reniegue de mí,
verme desplazado así
del sitio que yo ocupé
y que Washington esté
por encima de Martí .
A mí nunca me gustó
tener al dolar de amigo
el compartía conmigo
hasta que me derrotó.
Su victoria no bastó
para saciar su arrogancia
y con esa petulancia
de cinismo vil y cruel
me ha dejado hecho un papel
sin la menor importancia.
Tan destrozado quedé
que resulto al fin y al cabo
valer menos que un centavo
que otrora representé.
Me arrojan de un puntapié
de cualquier cafetería ,
y es tan poca mi valía
que con todo lo que integro
solo en el mercado negro
compro alguna bobería.
Soy paga del pobre obrero
que no goza de mis bienes,
vives igual si me tienes
que si no tiene s dinero.
Me desprecia el mundo entero;
dicen que no valgo nada,
sólo compro jamonada ,
sobres de sopas y tal vez
alguna pieza de ropa
que aquí llaman reciclada.
Viaja el dolar de etiqueta
en guaguas que son mansiones ,
yo solo viajo en camiones
camellos y bicicletas.
Al dolar se le respeta
.él es todo un caballero;
donde él llegue, lisonjero
…¿Que desea usted, señor?
Yo en cambio, lleno de horror,
¡No puede entrar, compañero!
Hoy me siento relegado
a un tercer mísero plano
por otro peso cubano
que es un dolar disfrazado.
El pueblo lo ha bautizado
con el mote de chavito,
pues como yo, el pobrecito
sufre de igual jodedera,
que al salir de mi frontera
no vale ni un centavito.
Mis quejas yo las formulo
a nombre de mi pueblo fiel
que no obtiene un buen papel
ni para limpiarse el culo;
que trabaja como un mulo
con tesón y sin desgano
para que un americano ,
que al final es su enemigo,
haya acabado conmigo,
el pobre peso cubano.