Se esperan amaneceres
con y sin guitarras,
llenos de girasoles
en las brumosas arenas
de nuestras playas...
Hay cantos de sirena
para quienes escoltan
el alba,
los niños van a jugar
desde los parques,
las cometas volarán
a todo viento
y un sin fin de caramelos
colmaran la brisa
que sacude sus melenas.
Los huracanes se alejarán
de nuestras costas
dejando que el sol
nutra la tierra bendecida
donde creceran árboles
de infinito tamaño.
Los cielos serán pantallas
intermitentes del paisaje
donde sólo reinará la estela
blanca de la paz.